martes, 5 de agosto de 2025

¿Y porque no trabajar más en las fortalezas, que en las debilidades?

 


A lo largo de vida de mis dos (2) hijos, he recibido varios informes de tipo profesional médico y educativo, con el uso predominante de las siguientes palabras: No puede, no asimila, su hijo no aprende, no colabora, no presta atención, no ha cumplido con los objetivos terapéuticos, muy disperso, entre otros. Informes llenos de conceptos y términos técnicos, que en cierta forma lo obligan a uno a buscar en internet su significado, y en muchas ocasiones aumentando la confusión y angustia en nosotros los padres de familia. La verdad al principio y al leer estos documentos, se siente mucha impotencia, rabia, desilusión y hasta en cierta forma culpabilidad.

Aclaro, no estoy negando que las personas con Autismo posean ciertas debilidades, ¿pero porque centrarnos en ellas?, de los informes que les mencione en el párrafo anterior, escasamente unos o dos, nos invitaron como familia a trabajar en sus fortalezas. Partamos del hecho de que el Autismo no es una enfermedad, ¿entonces curar que?, ¿y porque tratar de “normalizarlos”?, se les debe respetar su esencia como persona. Son seres humanos que van mas allá de un diagnóstico, de una etiqueta.

Como familia trabajemos de forma conjunta con el sistema educativo (si es que está incluido en un entorno escolar), de salud, laboral (si trabaja), recreacional (deportivo), entre otros, y comuniquemos sus fortalezas, gustos, aficiones y posibles proyectos de vida, para que sean estimulados, debemos impulsar el potencial que está en ellos. Son procesos que en el mediano plazo elevan la autoestima de la persona con Autismo, y en su familia gran bienestar. Finalmente deben ser incluidos en la sociedad en general, no importa que sean a veces el centro de las miradas, y como Papás no vivamos del que dirán.

 

¡Gracias por leerme!


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