El domingo pasado con mis hijos asistimos
a nuestra iglesia, a ellos les gusta mucho ir a misa, eso me lo han demostrado
cuando les anticipo que vamos para ese lugar de culto. La ceremonia duró aproximadamente 70 minutos,
fueron varios los escenarios vividos ante lo cual ya a estas alturas del
recorrido por el Autismo, ya estoy acostumbrado. Llegamos faltando
aproximadamente 15 minutos para iniciar la eucaristía, habían muchas bancas
(sillas) disponibles, entonces nos ubicamos en las primeras filas.
A lo largo del certamen religioso mi
hijo menor realizó algunas estereotipias de forma corporal, el mayor estuvo
tranquilo, sereno, muy atento, algo tímido; a la mitad de la ceremonia note que
una señora que estaba detrás de nosotros, ya no estaba, no la culpo necesitaba
estar concentrada, tranquila; en esta misma banca había toda una familia cuyas
expresiones de mirada fueron de total solidaridad, empatía, a tal punto que mi
hijo menor al ver que les di la mano para la paz, él tomó igualmente la
iniciativa de ofrecerla.
Al lado lateral de nosotros se
encontraba una señora que para nada fingió en su cara de asombro (algo terrorífica
diría), como queriendo decir: que muchacho tan maleducado, que padre no ha sido
capaz de realizar bien la tarea en el comportamiento de su hijo, y no se que en
otras cosas pensaría.
La verdad ya con mis hijos
adolescentes son muchas cosas que han pasado en ambientes naturales (calles,
parques, colegio, iglesias, centros comerciales, restaurantes, cafeterías,
etc), ante lo cual expreso: no vivo del que dirán, no me da pena estar con mis
hijos, sus estereotipias son muchas veces expresiones de agrado o de regulación
de tipo sensorial y es algo normal: natural en ellos, y algo muy importante: No
les voy a negar el Derecho de estar en ambientes naturales, deben ser incluidos,
comprendidos, aceptados, respetados en todos los escenarios de una sociedad que
supuestamente es “Inclusiva”.
Nosotros como padres igualmente debemos
ser tolerantes, saber ignorar o no a quien se lo merece, saber dar o no dar explicaciones,
evitar al máximo tener expresiones de agresividad ante una situación no
agradable, recordemos que estamos con nuestros hijos, ellos aprenden por
imitación, al igual que se pueden estresar, tener crisis, ansiedad al vernos
ante la situación, lo más aconsejable es retirarnos.
Recuerdo que una vez una señora me pregunto
por ellos en la calle de una forma muy respetuosa, ante lo cual no dude en contestarle,
igualmente cuando observo una familia con alguna persona en el espectro, no
dudo en abordarlos para ofrecer mi empatía de forma muy educada.
El camino del Autismo no es fácil, pero
si como padres leemos, seguimos las debidas recomendaciones de tipo profesional
y nos aliamos como familias, el recorrido será mas llevadero y con calma.
¡Gracias por leerme!