No existe una característica corporal (facial, piernas, brazos o en cualquier parte del cuerpo), que identifique que una persona tiene Autismo; la única forma de realizar el diagnóstico es por métodos observables, en los cuales se evalúan el comportamiento, parte sensorial, comunicativa y social de la persona. Aparte de lo anterior, se realizan estudios de tipo gastroenterológico, genético e inmune, entre otros.
Como se puede leer, para identificar
de forma inicial que una persona tenga Autismo es una tarea bien compleja; se
necesita del conocimiento y la experiencia no solo de un cuerpo profesional interdisciplinario
médico y psicológico, sino también del acompañamiento de las familias que
vivimos 24/7 con nuestros hijos.
La “invisibilidad” del
Autismo ha traído a las personas en la condición y nuestras familias, grandes
obstáculos, barreras, que en cierta forma, vulnera los derechos fundamentales. La cuestión parte desde el mismo diagnóstico, ¡que
vaya que tema más complicado!, Y altamente demorado, retrasando procesos
muy importantes de tipo integral para el mejoramiento de la calidad de vida de la
persona y su familia. Posteriormente, el
conflicto que se genera al interior de algunas familias, cuando los “demás”
comentan: ¡Ese niño es malcriado, corrija ese niño, porque no habla,
porque no camina, porque no me mira a los ojos!, etc, etc, etc
Luego viene el placer o la tortura de
ser incluidos o excluidos en el ambiente escolar, laboral, al llevarlos a la
calle, al servicio de Salud o en cualquier actividad de tipo social. La expresión placer o tortura incluye,
por otro lado, que las personas con Autismo y sus familias, nos vemos sometidas
a las miradas juzgadoras, comentarios inapropiadas o preguntas que pueden ser
bien educadas, como otras groseras y hasta estúpidas.
Por eso la tarea constante de
visibilizar, capacitar, concientizar a toda una sociedad, y decirle que existen
seres humanos que son totalmente diferentes y que tienen Autismo; que al ser
seres humanos poseen los mismos Derechos y Deberes que el resto de la
humanidad. Que como familias luchamos a
diario contra un sistema estatal que ha proporcionado elementos muy básicos,
casi nulos para el tratamiento integral de nuestros hijos. Nuestros hijos necesitan atención de tipo
diferencial ante otras discapacidades, ya que algunas personas con Autismo
poseen discapacidad intelectual, como otras no. Las cuestiones a tratar de tipo alimentario,
sueño, alergias, sensorial, función ejecutiva, entre otras, son bien complejas.
No sé hasta dónde pueda llegar, no
descansaré por los objetivos de nuestra comunidad, simplemente pido respeto,
empatía, solidaridad (sin llegar a la misericordia), y mucha real y total
inclusión.
Por hoy paro, es hora de descansar,
mañana será otro día:
¡Gracias Por Leerme!
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